María Leonor Álvarez
- Coach existencial con enfoque Logoterapéutico. Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada en el Sentido. SAPS. Bogotá – Colombia.
- Profesional en Relaciones Internacionales. Universidad Nuestra Señora del Rosario. Bogotá – Colombia.
- Master en Acción Solidaria Internacional de Europa. Universidad Carlos III de Madrid. Madrid – España.
¿Cómo encontré este camino que me conecto con mi sentido de vida?
Esta es una excelente pregunta para empezar a contarles un poco de mí y como terminé siendo coach. Este camino inició desde muy joven, con dos de mis hobbies la lectura y la historia.
Desaprender, observar y entender
Recuerdo que desde adolecente devoraba libros sobre estos temas, y lo que más me atraía era ver cómo vivían las personas en otros países, sus costumbres, lo que desarrollaban y lo que discutían. A los 17 años tuve la gran oportunidad de irme a vivir a Hungría y esta experiencia marco mi vida para siempre. Este fue mi primer encuentro con el mundo del otro, y cuando me refiero a esto, quiero decir que este encuentro me permitió prender el botón del observador, para dedicarme a observar, tener conversaciones, vivenciar situaciones y ver diferentes formas de vivir la vida. En este compartir multicultural encontré una gran a riqueza, pues estas experiencias me permitieron tomar distancia de mis propias creencias y aprovechar este nuevo conocimiento para manejar mis situaciones de forma diferente.
Seguir con la riqueza
Cuando volví a Colombia empecé a estudiar Relaciones Internacionales, era claro que mi pasión por conocer el mundo me llamaba. Aprendí sobre países, geografía, historia, sistemas políticos y económicos y tantos temas más, que me ayudaban a seguir entendiendo la forma cómo funciona el mundo con sus diversas realidades.
Me gradué y me enfoqué laboralmente en el sector de la Cooperación al Desarrollo y las Organizaciones no Gubernamentales. Mi rol se centró en la formulación de proyectos y su ejecución. En este camino empecé a ver, que más allá de crear e implementar un proyecto que respondía a la necesidad básica de una comunidad, había algo que faltaba.
Faltaba la conexión con el mundo interior del otro, entender quién era, cuáles eran sus intereses, sus sueños, sus dolores, sus fortalezas, eso que lleva a una persona a ser y hacer de formas tan diferentes a los demás. Desde mi perspectiva actual, esta conexión es la que permite a las personas crear y desarrollar proyectos con sentido. Y su desarrollo se da cuando logras conectar el mundo interior con el exterior.
Cuestionarse
En este descubrir, comprendí que mi rompecabezas estaba incompleto. Mi carrera profesional empezó a ser cuestionada, mi mundo interno también lo fue. Empecé a hacerme preguntas sobre el sentido de mi trabajo, mi historia y mi vida. No estaba conforme. Aquí inició mi búsqueda y lo hice de la forma que ya conocía: viajando a otros países, trabajando y profundizando en mis estudios, pensando que este camino me aportaría el conocimiento que estaba buscando para llenar aquello que faltaba.
Decepción, introspección y oportunidad
Lo que descubrí es que efectivamente aprendí nuevas cosas, conocí gente y tuve experiencias maravillosas, pero esa ficha que faltaba en el rompecabezas no la encontré. Me fui con preguntas y regresé con muchas más… Me enredé y entré en un periodo de confusión y vacío. La verdad es que no me hallaba y esto afecto otras áreas de mi vida incluyendo mi salud.
Todo este periodo de no saber qué hacer o a donde ir, se volvió una gran oportunidad. Empecé a buscar nuevamente, pero esta vez en mi interior. Pedí ayuda, hice formaciones, terapias, coaching y en cada una fui encontrando herramientas que me ayudaron a verme, a conocerme y conectarme.
Aunque el camino hacia el conocimiento interior nunca para, aprendí a desenfocarme de mis miedos y dudas y a seguir adelante. Aprendí a manejar los retos de la vida y a dar importancia a mis valores, que pude identificar con mis nuevas herramientas. Aquí empecé a ver aquello que me daba sentido y propósito: acompañar al otro. En este proceso encontré el coaching existencial del que me enamoré y que más adelante, se convirtió en la herramienta que necesitaba para empezar mi nuevo camino personal y laboral como coach existencial.
Ayudar al otro a identificar sus valores y usarlos para dar sentido a sus proyectos, sus acciones, decisiones y retos es el proyecto que me llena de sentido.

